
No cabe duda que vivimos en el boom de lo orgánico; todo lo queremos solucionar recurriendo a productos naturales antes de buscar medicinas o alimentos procesados. En realidad, la medicina natural ha sido utilizada en el tratamiento de diversas enfermedades a lo largo de la Historia. El estudio de las plantas medicinales —ya sea como materia prima para la producción de extractos o como material de aislamiento de sustancias naturales puras— siempre ha representado un área de libre expansión. Cabe destacar que el uso preferencial de preparaciones derivadas de plantas y hongos comestibles no es como el de los productos farmacéuticos, sino como una clase nueva de productos designados con una gran diversidad de términos: alimentos funcionales, suplementos alimenticios, entre otros.
Ahora bien, el uso de hongos comestibles se remonta a varios siglos antes de nuestra era. Mayormente, se utilizaban en países asiáticos en los que estaban bastante ligados a la cultura ancestral. Los hongos han tenido tres usos principales: como alimento por su buen sabor, como medicamentos y como sustancias alucinógenas. Algunos hongos tienen la capacidad de distorsionar los sentidos, lo que produce alucinaciones.
Tipos
Distintos tipos de hongos alucinógenos han sido utilizados por tribus y civilizaciones desde hace miles de años; muchas de estas setas aún son utilizadas por los descendientes de estas culturas, como método adivinatorio y para comunicarse con sus dioses. En México, los Mayas fueron pioneros en el uso de hongos alucinógenos para resolver problemas y afrontar diversas situaciones, pero no como un hábito adictivo o como una droga recreativa. Además, los hongos fueron disfrutados por griegos, españoles, africanos y rusos en rituales y actividades esotéricas.
Los hongos alucinógenos —también llamados sagrados— se dividen en siete especies, de entre las cuales Psilocybe, Stropharia y Conocybe son las más usadas. Además se encuentran las especies alucinógenas conocidas como Ololiuqui, Cohaba, Harmina y Yage. Estas sustancias generalmente provocan sensaciones de euforia, aumento en el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el tamaño de la pupila, pero es importante tener en cuenta que los efectos de estas sustancias dependen completamente de la forma en la que se consuman, las características físicas del consumidor —edad, estado de salud y ánimo, así como la experiencia en el uso de drogas— y las circunstancias en las que se ingieren. En dosis muy altas el consumidor puede notar distorsiones en la vista, el olfato y la coordinación motriz.
Efectos
Sus efectos pueden aparecer después de media hora de haber sido consumidos, y tienen una duración de nueve horas aproximadamente. Estas sustancias tienen más riesgos psicológicos que físicos —ya que en realidad no genera dependencia—; entre ellos se puede destacar el experimentar reacciones desagradables como la ansiedad, además de crear alteraciones en el estado de ánimo e irritabilidad. En cuanto a su consumo, estas setas son ingeridas de forma oral, ya sea en infusiones hechas con las raíces de las plantas o a través de la ingestión de hongos al natural o en forma de té. Se han encontrado más de 80 variedades de hongos en todo el mundo que contienen como principio activo la psilocibina, que es la sustancia responsable del efecto alucinógeno. En otras palabras, la psilocibina causa una alteración en el sistema nervioso central directamente.
Hubo una época en la que los hongos no eran aceptados por todas las culturas; principalmente los españoles, quienes los calificaron como “diabólicos”. Este tabú duró hasta el siglo XX, cuando fueron redescubiertos por científicos que se interesaron en la botánica y la taxonomía. Aunque los hongos han sido utilizados en América desde hace mil años o más, no fue sino hasta los años 50 y 60 que la psilocibina comenzó a ganar importancia en la Psiquiatría para el tratamiento de diferentes enfermedades mentales. Pronto, los resultados observados en los pacientes fueron muy esperanzadores. Sin embargo, a mediados de los 60 —con los movimientos pacifistas y el auge de la cultura hippie— los hongos se prohibieron y se declaró que no tenían alguna utilidad médica. También fueron incluidos en la lista de sustancias prohibidas de la ONU. A causa de estos sucesos, los hongos desaparecieron casi en su totalidad en las grandes ciudades, pero continuaron siendo utilizados de manera ilegal.
¿Pero cómo saber si un hongo posee psilocibina? ¿Cómo diferenciar los hongos alucinógenos de entre la gran variedad que existe? En principio se necesita un conocimiento básico de la taxonomía de un hongo para poder diferenciarlos; sobre todo, se deben conocer los principales tipos, la forma del sombrero, su hábitat y la temporada del año en la que surgen. Además se puede saber cuáles setas son alucinógenas y cuáles no realizando una pequeña prueba, ésta consiste en tomar el hongo, presionar levemente con las uñas el tallo por alrededor de 30 segundos, si éste se torna de color verde en el área donde es presionado no es un hongo alucinógeno.
Fuente: Cultura Colectiva
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