
En su gran mayoría, las personas enumeran los efectos negativos del cannabis, que persisten después de consumirlo por primera vez, como «ansiedad», «paranoia», «pánico», «confusión», «desorientación» y «despersonalización». Una vez más, la mayoría de las personas que experimentan estos efectos negativos lo hacen durante los días o semanas inmediatamente posteriores al consumo de cannabis, y luego la normalidad vuelve rápidamente.
Sin embargo, también hay un número importante de personas que indican que sus intensos sentimientos negativos persistieron durante semanas, e incluso meses, y en algunos casos, alteraron de tal manera su vida normal que necesitaron tratamiento psiquiátrico.
En ocasiones, los informes anecdóticos de estos efectos negativos persistentes incluyen el haber tenido pensamientos suicidas y deseos de autolesionarse. Sin embargo, resulta problemático asumir una relación causal entre el consumo de cannabis y el suicidio, ya que los que informan de tales pensamientos pueden estar sufriendo, o en riesgo de sufrir, una enfermedad mental diferente. Algunos estudios han relacionado el consumo de cannabis con un mayor riesgo de suicidio, pero otros han señalado que, en varios estados de Estados Unidos, las tasas de suicidio han disminuido desde que se pusieron en marcha los programas de cannabis medicinal.
Es probable que la verdad se encuentre en algún punto intermedio. El consumo de cannabis puede aumentar los pensamientos suicidas en ciertos individuos susceptibles, pero por otro lado, todo un grupo demográfico de personas cuyo riesgo de suicidio es alto, debido al dolor crónico o a enfermedades incurables, elimina ese riesgo cuando pueden beneficiarse del cannabis medicinal.
¿Por qué algunas personas sufren estos efectos negativos?
Esta es una pregunta complicada, y una que la ciencia ha estado intentando responder durante décadas. Sin embargo, también es una pregunta que se solapa en gran medida con el estudio general del cannabis y de sus efectos en la salud mental, por lo que es un área de investigación enturbiada por los prejuicios y la política. Por lo tanto, resulta complicado conseguir una respuesta clara, y podría decirse que ni siquiera existe todavía, ya que estamos aún lejos de conocer todos los hechos.
Resulta interesante señalar que en un libro escrito en 1980, High Culture: Marijuana in the Lives of Americans de William Novak, el autor afirma que «los malos viajes de marihuana son estadísticamente ínfimos, pero ocurren, sobre todo la primera vez…No obstante, la gran mayoría de las primeras experiencias son neutras o agradables».
Aunque las primeras experiencias negativas siguen siendo, sin duda, una minoría, el gran número de informes actuales implica que se puede estar produciendo un cierto aumento en su incidencia. Después de todo, hoy en día los fumadores habituales conocen, por lo menos, a una o dos personas que «no pudieron controlar» su primera vez. Este fenómeno puede corresponder al aumento del THC en relación con el CDB, y otros cannabinoides y terpenos, que se viene produciendo en las variedades de cannabis comerciales durante las últimas décadas, o puede deberse a productos químicos residuales presentes en el cannabis cultivado en malas condiciones.
Fuente: sensiseeds.com
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